Este fin de semana hubo movida bolística por todo lo alto. Empezó el viernes tarde con la final de Magdalena de cuartetos (Piles 14-Riaño 3), siguió el sábado con la final individual de Tino Panaderu entre Bernardo y Sergio (13-14) y se remató el domingo con la final de quintetos de Llanes entre la anfitriona Venta los Pobres y Piles (7-14). Esta entrada es sobre lo visto en Tino Panaderu, que fue a lo que pude llegar, aparte del evento mañanero del Arenal que comento en otra entrada. Lo que se vio en Tino Panaderu es de lo que crea afición, y no sólo por la partida reina entre Sergio y Bernardo, si no por la final disputada antes por dos parejas de chavales de la Peña anfitriona, que jugaron a un nivel que hace pensar que además de Sergio y el grupo de jóvenes ya consolidados (Ramiro, Iván, Ibaseta, Abel, Andoni, ...), el relevo generacional está garantizado.
Allí estaba LADIO, después de apuntar en su papelucu todo lo importante para su crónica del foro de los bolos.
Y allí aguantaron como jabatos los chavales y el numeroso público, a pesar del tiempo atroz.
También los distinguidos a lo largo del torneo, que recogerían sus correspondientes trofeos.

Pequeño, pero matón. Aquí hay futuro, sobre todo mientras haya al lado un entrenador con la entrega y categoría de Pepín
Raquel ya conoce el triunfo, aunque aquí quedaría segunda. No hay duda de sus cualidades y como se ve tiene entre sus admiradores al mismísimo Sergio.
El público siguó la partida con devoción y armadores y árbitro actuaron magistralmente. Al final 8-10
Arriba, los vencedores. Abajo todos juntos con su entrenador

Aquí, Sergio y Bernardo flanqueando a Manolín, antes de empezar la partida. Mantendrían la emoción hasta el último juego, con boladas altas y mates espectaculares. Esta vez el triunfo fue para Sergio, que a pesar de su juventud se ha ganado el respeto de las figuras de la cuatreada y la admiración de los aficionados.

Arriba, Sergio recogiendo su trofeo de ganador.
Abajo, Bernardo, además de digno subcampeón, recogería el trofeo al juego más grande del torneo (72 bolos). En la imagen, abrazado al mítico armador Cuerín, también homenajeado.